jueves, 26 de febrero de 2009

Self.


Self.

Suspiro y comienzo a desatarme poco a poco de mi cuerpo, de la vida, de los recuerdos, las vivencias, las manos, los errores… Suavemente me desligo de lo que fui, de lo que fuimos, de lo que hicimos; poco a poco lo voy dejando, voy abandonando, saliendo, olvidando…
En esta ciudad que me vio nacer, que me cobijó durante muchos años, diecisiete aproximadamente, ciudad en la que reí, lloré, ciudad que me acunó en noches de insomnio y de penurias. Ciudad en la que extraños se me hicieron amigos, lugar donde de la mano de un santiaguino errante me fui desvaneciendo hasta hacerme mísera espuma burbujeante… Ese fue uno de mis más graves errores.
Me sumé más tarde a otro asunto, un jardín de cuarenta bellas amapolas cada una con sus defectos y virtudes, una unida a la otra, todas juntas una gran maraña de compromiso y lealtad; éramos cuarenta mujeres en una sola gran fémina… Cariños que nacen, cariños que vuelven, cariños que fueron y que se van…
Comienzo un nuevo ciclo, rompo el hielo y lo bebo poco a poco, lentamente, sin apurarse, evitando salpicar. Emociones encontradas, colapso interior, sonrisas de colores, abrazos de bienvenida; un éxtasis de buena energía y yo con un terremoto tan íntimo como colectivo…
Estoy disfrutando, me voy deshaciendo y desatando mis amarras, los veo a todos y todos son tan míos, tan mías… Mis nervaduras ya no tienen relieves, todo está bien, todo esta perfecto, todos estamos en todo y todo es lo mismo para todos… Los detalles, los momentos, las circunstancias, son las que nos desenfocan y eso resulta ser el temible y fugaz paso a la otra dimensión; pero calma, respira profundo, siente tus latidos y procura encontrarte a ti misma… Sonríele a la gente, saluda con delicadeza, se tan dulce como lo eres… Todo está muy bien y vamos caminando juntos asidos de las manos, manos que son tan débiles, pieles que son tan distintas unas de otras, músculos que casi no aprietan, huesos que casi no articulan… Conexiones intramundanas, encuentra en cada ser la esencia, esa esencia de la que tanto hablas; aquella mezcla de substancias que te harán sonreír a la luz del sol entre los pastos.

.:Sacúdete los nervios, somos todos humanos, humanos con sabores a los que debes estar dispuesta a degustar:.

martes, 24 de febrero de 2009

Historia, dentro de la historia Chilena jamás denunciada



Historia, dentro de la historia Chilena jamás denunciada.



Y sucedió que la niña de traje verde agua, rozó con sus manos aterciopeladas, la cuarteada piel de su tío paco; tío que había arremetido a tantas mujeres inocentes por la supremacía de la fuerza militar durante el ´73… Laura rozó sin notar aquel paquete de ultrajes y vandálicos amoríos, aquel arcaico trozo de carne, aquel duro miembro que se erizó con tan solo ver en aquel tímido roce una nueva posibilidad de conmemorar sus andanzas juveniles… Veinticinco años más tarde mis ágiles dedos rememoran el origen de mis lamentos y relacionan la audacia de mis encuentros furtivos con Sonia, jefa civil militar de largas y deseosas piernas; mujer de 65 años que me enseñó a ceder ante mis tentaciones…


Nota: Sonia, hija del coronel Manríquez, hombre de importancia en la historia del golpe de estado en Chile; perteneciente a la familia de la “niña de traje verde agua”.

viernes, 20 de febrero de 2009

A Polifemo.


A Polifemo.(saturados los dos)

Ver lágrimas caer es el éxtasis más placentero de la vida… Sentir poco a poco al observar cómo es que gotas gruesas y saladas van quemando el alma hecha trizas de entristecidos cuerpos, es la sensación más orgásmica que alguna vez el eco de tu endemoniada voz me logró susurrar… ¿Cómo fue que el hálito de tu boca dejo de besar y rasgarme los labios?, ¿cómo fue que tus manos sucias dejaron de tocarme como pieles de navaja gélida por tu trato?; ¿cuándo fue el día en que tropezaste con el amor de cenicienta que te hizo un vil baboso?… ¿Cuándo fue que dejaste de ver llamas en el reflejo de tus ojos aquella arpía de seducciones aterciopeladas que lograban suavizar tus asperezas?…

Vuelve a bautizarme con la hiel nauseabunda de tu sexo, vuelve a hacer de mí la criatura encarcelada de tus trágicos deseos… Ven a mí viril Polifemo; ven que haré de ti un sediento de mi cuerpo.