sábado, 31 de mayo de 2008

acerca del "Deseo virginal de una prostituta vieja."




Deseo virginal de una vieja prostituta.

Fingiendo caer en medio de la mierda,
nos vamos haciendo polvo de aves.

Me miras en medio de tus caramelos,
me saboreas con tus nalgas,
me alimentas de tus sesos, me refugias entre la nada.

Somos más que piel y alma,
me atormenta tu sagaz mirada,
esa mirada eufórica de llagas y de almendros
esa mirada estúpida que soslaya.

Me embriagué de cenizas,
aluciné con tus sudores;
tus sudores de rata embaucadora,
tus sudores de leche avinagrada.

Vil ruin de sutiles caricias,
faquir temiblemente pernicioso,
te ocultas entre mis faldas sin rezago
y meciéndote vuelves hacia a mí tus escupos más bullados.

Oh estruendoso y maléfico hombre,
Oh asiduo terremoto en mi recamara…
Vuelve a mis brazos de mujer envenenada.
Vuelve a sofocar de ti mi alma.

Asómate a mi ribera, bebe la cizaña desde mis huesos
ansíame de ti y no me dejes azorada.

Sigue con el descomunal vaivén,
sigue haciéndome agua;
voltea tus aletas de pez
Y hazme nadar de espaldas.

Quebranta mis cristales de una vez,
complace a la mal criada;
beberé yo también de tu miel
si me invocas el sol de las hadas.

Oh masa viril de perlas negras erizadas,
Oh caníbal de sustancias vírgenes inanimadas
tómame de las alas y vamosnos ya de este ensueño,
recuerda que la sangre me está hirviendo.

Ámame a escondidas, envíame este poema
envuélvelo en hojas caídas y hazlo llegar a tu sirena.

Resucítame desde los aires;
violéntame entre azucenas,
enciéndeme con tu saliva de tierra
y volvamos a lanzarnos piedras.

Adiós azúcar de ángeles, adiós peste de hienas
socávame de una vez y vomítame en las caderas.