La injusticia en la vida entorpece los caminos de quienes vitaliciamente deben depender de la cúspide acomodada...
Explotan sus cuerpos, los hacen sudar a sol y a sombra para luego abortarlos y hundirlos, basureando sus capacidades, desconociendo hablidades... Como si fuera poca humillación la paga mísera de fin de mes...
Malditos burgueses, malditos poderes, maldita la necesidad de beber y de hecharse un trozo de pan a la boca; maldita la ropa con la que hay que vestirse...Malditos todos.
Lágrimas de impotencia, no hay abrigo que cubra tanto dolor gelidamente amoratado...
ya no puedo esperarte más.
1 comentario:
Me fascina... la estética, el momento, la sensación al leer la empatia que siento cuando escribes.
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